jueves, 25 de septiembre de 2008

Los Verdes nos sumamos al homenaje a la ex-ministra Cristina Narbona, este viernes


Narbona es demasiado 'verde' para el partido socialista, que prefiere personajes 'verdes' – en el otro sentido -, en materia medioambiental, como Espinosa

El próximo viernes, 26 de septiembre, se celebrará (en el Real Jardín Botánico de Madrid), un homenaje a la ex-Ministra Cristina Narbona, por su coherente recorrido al frente del Ministerio de Medio Ambiente, en la pasada legislatura, y al cual LOS VERDES también nos sumamos.

LOS VERDES ya nos manifestamos en contra de la desaparición del Ministerio de Medio Ambiente, al inicio de la presente legislatura, por considerar que el Gobierno confundía los conceptos de "medio ambiente" y "campo" y que, al unir el Ministerio de Medio Ambiente con el de Agricultura, se retrocedía al año 1995 – a los tiempos de Felipe González -, cuando el medio ambiente era sólo una Secretaría de Estado. Esta pérdida de protagonismo del medio ambiente es, a entender de nuestra formación política, un claro indicio de recesión en las políticas medioambientales, en un momento histórico en el que, debido a la grave crisis mundial, es necesario plantear un cambio de modelo más sostenible. Un cambio que se vislumbra poco probable, con la poca capacidad de reacción que estamos viendo, por parte del Gobierno Zapatero, en los últimos meses, sumado a la inexistencia de un Ministerio de Medio Ambiente – exclusivo – y sin una Vicepresidencia de "Desarrollo Sostenible y prevención del Cambio Climático" coordinando, tal como proponíamos LOS VERDES en nuestro programa electoral, también a petición de grupos ecologistas como WWF/ADENA, Greenpeace, SEO/Bird Life, Ecologistas en Acción y Amigos de la Tierra.

Algunos de estos retrocesos en política ambiental ya los estamos presenciando, con la Ministra Elena Espinosa, y con su defensa de los transgénicos y los biocombustibles. Por otro lado, también es palpable la ambigüedad calculada del actual Gobierno, ante los trasvases o la energía nuclear.

Para LOS VERDES, Cristina Narbona fue sin duda castigada por su partido, por ser coherente con sus ideas ecologistas, y por "no tener precio". Lo que, lamentablemente, confirma a la sociedad, una vez más, que la honestidad y la alta política están totalmente reñidas.

Este partido considera un gran error la decisión del Gobierno Zapatero de no contar con Narbona, en esta legislatura, teniendo en cuenta que fue la única ministra de su Gobierno que consiguió el aprobado de los grandes grupos ecologistas (Adena, Seo, Greenpeace, Amigos de la Tierra y Ecologistas en Acción). Con este gesto, el Gobierno actual ha perdido, sin duda, a una excelente figura de interlocución con el sector ecologista, y ha demostrado que se diferencia poco del PP, a la hora de beneficiar a los lobbies.

Una ministra valiente

Si algo caracteriza a Cristina Narbona es su valentía, coherencia y honestidad con sus propios ideales. La carrera de Narbona, al frente del Ministerio de Medio Ambiente, se caracterizó por la conflictividad - incluso con compañeros de partido -, en su intento por defender sus propósitos ecologistas. Conflictos como la demolición del hotel del Algarrobico (Parque Natural de Cabo de Gata, Carboneras, Almería), - dentro de su estrategia de demoler las construcciones ilegales en las zonas de dominio público marítimo-terrestre de las costas -, en el que se vieron implicados la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Carboneras, con el socialista Cristóbal Fernández. O el encontronazo con el ex-Presidente socialista de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que acusó a la ministra de actuar con "arbitrariedad" y de "estar mal informada", con respecto al insostenible proyecto de construcción de una refinería de petróleo en Tierra de Barros.También fueron destacados los enfrentamientos con los trasvases, como la derogación del trasvase del Ebro o la modificación del trasvase Júcar-Vinalopó, que afectaba, el antiguo trazado, 44 kilómetros de zonas protegidas y húmedas – aunque la modificación no fuera suficiente para las organizaciones ecologistas -. Todo un recorrido que llevó a Narbona a no repetir en el Gobierno Zapatero, "por ser demasiado ecologista".

LOS VERDES queremos recordar, también, que iniciativas como las proposiciones no de ley de Proyecto Gran Simio o de Derechos de los Animales - tramitadas por los diputados "verdes", en ese momento, pero abandonadas hasta su caducidad, por el PSOE -, vieron la luz y permitieron abrir el debate social, gracias a la voluntad de Cristina Narbona.

LOS VERDES desearíamos que Cristina Narbona, algún día, abandonase el 'retiro dorado' al que la ha condenado el PSOE, para ayudar a la definitiva irrupción política "verde", en el espacio político español. Pues es evidente que Narbona es demasiado 'verde' para el partido socialista, que prefiere personajes 'verdes' – en el otro sentido - en materia medioambiental, como es el caso de Espinosa.

Perfil Biográfico

Cristina Narbona Ruiz, Ministra de Medio Ambiente, es hija de periodistas, emigró con sus padres a Roma con sólo 12 años y allí se doctoró en Ciencias Económicas. A su regreso a España, en 1975, trabajó como profesora de Economía Internacional en la Universidad de Sevilla. En esta ciudad inició su actividad política, convirtiéndose, en 1982, en vice-consejera de Economía del primer gobierno autonómico andaluz.

Cristina Narbona se afilió al PSOE en 1993, dedicando las dos últimas décadas a temas relacionados con el Medio Ambiente, la vivienda y la ordenación del territorio. Durante todos estos años ha ocupado distintos cargos, entre ellos los de directora General de Producción del Banco Hipotecario, directora general de la Vivienda, secretaria de Estado de Medio Ambiente y Vivienda, diputada del PSOE por Almería, concejal del Ayuntamiento de Madrid y secretaria de Medio Ambiente y Ordenación Territorial de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE.




LOS VERDES - Gabinete de Prensa

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Europarlamentarios: ¡bajad los humos a los coches!


Ante la próxima votación en el Parlamento Europeo sobre la Directiva Europea sobre las emisiones de los coches, Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, Jóvenes Verdes y WWF/Adena ven con seria preocupación la deriva de una legislación que partiendo de unos objetivos claros y ambiciosos se aleja progresivamente de los mismos, planteando medidas cada vez más débiles y próximas a los intereses de la industria del automóvil, producto de la cesión a las presiones ejercidas por la misma industria. Por ello, coincidiendo con el inicio de la semana de la movilidad sostenible en toda Europa, las cinco organizaciones han enviado a los Europarlamentarios españoles las firmas de más de 14.000 ciudadanos españoles que demuestran el amplio respaldo de la opinión pública por reducir las emisiones de CO2 de los automóviles.

Las principales peticiones de los ciudadanos y de las ONGs ecologistas son:

* ¡Coches más eficientes ya!: Votar por un límite de 120 gramos de CO2 emitidos por kilómetro recorrido para el año 2012. Eso significaría reducir en un 25% las emisiones actuales de los coches, y por lo tanto su consumo. (Supondría un ahorro de combustible de 1,5l/100km por coche comparado con el promedio actual). Para su cumplimiento es fundamental que se impongan sanciones realmente disuasorias a las empresas que no cumplan: no menos de 150€ por gramo de CO2 sobre el límite y por vehículo para 2012

* ¡No más retrasos!: No ceder ante la inaceptable presión de la industria automovilística. Con la actual propuesta que se está contemplando en el Parlamento Europeo estaríamos condenados a esperar hasta el 2015 para tener coches más eficientes. Lo que significaría más de 18 años de espera desde la primera propuesta de la Comisión en materia.

* ¡Menos contaminación en las ciudades, más salud para todos!: Disminuir el consumo de gasolina y gasóleo de los coches significaría también reducir las emisiones de gases contaminantes y partículas que afectan gravemente a la salud de los ciudadanos. Sólo en España mueren 16.000 personas al año por la contaminación de las ciudades.

* ¡Pensad en el futuro y no en el pasado!: La industria automovilística puede asumir el reto de reducir las emisiones de los coches porque es técnicamente viable, pero los ciudadanos no podemos seguir esperando medidas para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero que generan el cambio climático, y de los contaminantes que afectan a nuestra salud: está en juego nuestro futuro y el de nuestros hijos.

El transporte es actualmente responsable de más de un cuarto de las emisiones de efecto invernadero. Es además el sector más dependiente del petróleo y el que más ha incrementado sus emisiones, que se han duplicado desde 1990. De estos datos, tanto los referentes a consumo como a emisiones, la mitad se deben a los coches particulares y los vehículos comerciales ligeros.

Conseguir una flota de vehículos más eficientes, con unas emisiones medias inferiores a las actuales, supondría no sólo una disminución de las emisiones de CO2 y de otros contaminantes, sino también una reducción en el consumo de combustibles fósiles, así como disminuir la dependencia energética del petróleo, cada vez más escaso y costoso.

La Unión Europea lleva trabajando desde el año 1996 con el objetivo de limitar las emisiones medias de los nuevos vehículos, a través de la comercialización de vehículos más eficientes y de menor consumo de combustible. En una primera fase, mediante la adopción de un compromiso voluntario con la industria del automóvil a cumplir en el 2008 y, en una segunda fase, ante el incumplimiento del mismo por la industria, con la aprobación de una legislación que obligue a los fabricantes de automóviles a construir vehículos más eficientes.

Esta legislación, que establecerá límites a las emisiones de los nuevos automóviles comercializados en la Unión Europea, será aprobada el próximo otoño por el Parlamento Europeo y por los Ministros de Medio Ambiente.

Una legislación que de desarrollarse eficazmente sólo puede traer beneficios sociales, económicos y ambientales, y que además se encuentra en absoluta sintonía con las medidas presentadas por el Ministro de Industria Español hace exactamente un mes a favor de “intensificar el ahorro y la eficiencia energética”.

Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, Jóvenes Verdes y WWF/Adena exigen a los Europarlamentarios que no cedan ante la presión de los fabricantes de coches y que no den la espalda al deseo de los ciudadanos por conseguir coches más eficientes, tal y como lo demuestra las más de 14.000 firmas que les han sido enviadas.

martes, 2 de septiembre de 2008

La energía nuclear, más peligrosa que nunca


Los repetidos intentos de presentar la energía nuclear como una opción ecológica, simplemente, dan risa. Cuando oímos que es segura, limpia y barata, que el progreso y la sostenibilidad van de la mano de las nucleares, no podemos menos que recordar aquel educado eslogan "¿Nuclear? No, gracias". Aunque ante tanta hipocresía y falsedad bien se podría cambiar por un contundente: "¿Nuclear? ¡Que no joder!”.

Los 45 incidentes en lo que va de año del parque nuclear español, la ocultación de información de sus propietarios, la manifiesta incompetencia del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y la indolencia política general hacen que la campaña del lobby nuclear sea un motivo de preocupación para todos. Su objetivo no es construir nuevas centrales sino prorrogar las viejas instalaciones y que las decisiones administrativas favorables a sus intereses tengan un bajo coste político. El marketing pronuclear quiere persuadir a la ciudadanía, así nos presentan una colección de medias verdades o de rotundas falsedades: “no emiten CO2”, “es la energía más barata” , “es la forma de producir energía menos contaminante”, …

En su lucha contra el cambio climático la industria nuclear intencionadamente olvida los gases de efecto invernadero provenientes de la extracción del uranio, su enriquecimiento y transporte, la construcción de los reactores, cementerio nuclear, transporte de residuos, desmantelamiento de la central, etc. Pero lo más importante, y sin duda lo que más interesa a las compañías energéticas, es el freno que la energía nuclear representa a un nuevo modelo energético descentralizado y limpio, basado en las energías renovables y la eficiencia energética.

Los profetas de la energía nuclear omiten interesadamente su contaminante y peligroso ciclo de vida, así como sus costes ocultos. Es sorprendente que las compañías eléctricas propietarias de las centrales tengan una responsabilidad limitada si ocurre un accidente; el resto lo cubre el Estado. “Se puede producir un accidente como el de Chernóbil y sólo pagar las migajas de lo que se produzca”, advierte Carlos Bravo, de Greenpeace. Además del riesgo que su actividad y sus residuos representan para nuestra generación y las generaciones futuras, hay otros costes que no entran en su cuenta oficial y que entre todos pagamos, como son la gestión de los residuos y el desmantelamiento de las viejas centrales. La Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (ENRESA) fijó en el VI Plan General de Residuos del año 2006 un presupuesto de 13.000 millones de euros, un ejemplo de cómo los dueños de las nucleares socializan sus pérdidas y privatizan sus beneficios.

Frente a la posición mayoritariamente favorable del PP a favor de la energía nuclear, el PSOE se mueve dentro de la ambigüedad y la propaganda de lo políticamente correcto. Hay que recordar que José Luís Rodríguez Zapatero incumplió en la pasada legislatura su compromiso de un calendario de cierre. Es una tremenda paradoja que la izquierda que hizo suyo en la transición el lema "¿Nuclear? No, gracias" cuente con firmes defensores de la energía nuclear en la política y en los sindicatos. Y así, los mismos dirigentes que en Extremadura llegaron al poder luchando en contra de la construcción de Valdecaballeros piden hoy la prórroga para Almaraz, olvidando que los argumentos con que defendieron su tierra de la radioactividad son hoy tan válidos como ayer. Amén de que no se pueden obviar importantes consideraciones, que hacen ahora más que nunca, que la opción nuclear sea más contaminante, innecesaria y peligrosa:

1. La liberalización del mercado eléctrico ha llevado a ejercer políticas de reducción de costes en las empresas propietarias de las centrales: disminución de los recursos económicos para el mantenimiento y supervisión de las instalaciones, varios niveles de subcontratación en sus plantillas, falta de formación y profesionalidad, así como reducción de su personal e incorporación de nuevos trabajadores sin la necesaria experiencia.

Un problema para la seguridad bien conocido por los sindicatos, que no ha impedido que José María Fidalgo y Cándido Méndez se hayan declarado a favor de la energía nuclear. Un giro copernicano en las cúpulas sindicales que no se justifica en un cambio de la situación, y que ya ha provocado indignación y sorpresa: "es una vergüenza cómo el lobby nuclear está influyendo en los sectores sindicales y hay que preguntarse sobre a quién representan estos líderes sindicales de CCOO y UGT cuando vienen desarrollando una contumaz e impúdica campaña nuclear" señaló en un reciente comunicado el sector crítico de CCOO.

2. Un importante incremento de incidentes de mayor o menor gravedad debido al creciente agotamiento de la vida útil de las centrales nucleares. El proceso de envejecimiento está llevando a un debilitamiento gradual de los materiales utilizados para construir las centrales nucleares, que han sufrido deterioro como resultado de los altos niveles de radiación a los han sido expuestos. El fallo de algunos componentes críticos, como la vasija del reactor, es hoy más posible que ayer, y sus consecuencias producirían un escape radiactivo de enorme gravedad.

3. “El terrorismo contra instalaciones atómicas es una amenaza real y todos deben tomar medidas de seguridad especiales para preverlo; el peligro de acciones terroristas contra centrales nucleares se ha incrementado considerablemente desde los atentados del 11-S...” afirmó M. Baradei, director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA). En EEUU el gran temor, en el fatídico 11-S, estuvo en torno a la seguridad de sus centrales, y de hecho se ha prohibido desde entonces que sean sobrevoladas por aviones privados, mientras Francia decidió proteger sus instalaciones con misiles tierra-aire.

El terrorismo internacional que tan duramente ha golpeado nuestro país, tiene como objetivo de primer orden las instalaciones nucleares. Hoy, tenemos que enfrentarnos a nuevas amenazas, lo que ha hecho que los gastos en seguridad civil y militar en el entorno de las centrales nucleares haya aumentado, aunque este coste sigue sin aparecer en el precio del Kw nuclear. No obstante, Greenpeace demostró el 24 de agosto de 2007 la vulnerabilidad de Almaraz asaltando pacíficamente sus instalaciones. Un activista sobrevoló la central nuclear en un paramotor, una veintena de voluntarios se encadenaron a la puerta principal de acceso y un último grupo accedió a las inmediaciones de la central en lanchas neumáticas.

4. El lobby nuclear siempre ha intentado convencernos de que las renovables representan el futuro; hace más de treinta años su eslogan era “Nuclear hoy, mañana solar”. Pues bien, las renovables ya no son una promesa, son una realidad; la generación eléctrica de origen renovable superó el año pasado a las centrales nucleares en España. Las renovables cuentan con cerca de un millar de empresas en España en las que trabajan 188.000 personas entre empleos directos e indirectos, un valor social que poco tiene que ver con la concentración intensiva de capital que representan las instalaciones nucleares.

Y aunque, las inversiones en investigación de las renovables no son comparables con los ingentes recursos destinados a las nucleares, su evolución hace posible hablar de un futuro energético 100% renovable, técnicamente viable y económicamente posible.

5. La ocultación e incluso falsificación de información referente a la seguridad, es un claro ejemplo de cómo los propietarios de las centrales priman el criterio de rentabilidad económica por delante del principio de seguridad, una actuación a todas luces irresponsable. Sólo así se explica que la dirección de Ascó ocultara información al Consejo de Seguridad Nuclear y manipulara los detectores de radioactividad en los circuitos de refrigeración, que varios colegios visitaran sus instalaciones sin saber que el líquido del reactor acabó en el sistema de ventilación, la negación de la gravedad de los numerosos incidentes en Trillo y Almaraz, el bochornoso espectáculo de los guardas de seguridad de Vandellós II impidiendo -el pasado domingo- el acceso a los bomberos de la Generalitat que acudían a extinguir un fuego en la sala de turbinas, …

La ocultación y el retraso en la información se ha generalizado, el periódico alemán Die Tageszeitung publicó el 26 de agosto un articulo titulado: “Silenciadas unas averías acontecidas en centrales nucleares españolas”. Los alemanes sorprendidos subrayan que “ en las centrales nucleares españolas se producen numerosas incidencias, pero a menudo pasa mucho tiempo hasta que se informa de ello a la opinión pública”.

El tiempo juega en contra de los intereses nucleares, y su peligro y los grandes costes ambientales y económicos que implica su utilización deben hacer cumplir al Gobierno su compromiso electoral de un calendario de cierre de los ocho reactores nucleares existentes, lejos, muy lejos, de los intereses de las compañías energéticas y de algunos líderes políticos y sindicales que hoy forman parte del lobby nuclear.

Hoy más que nunca la nuclear no es la solución; su energía es cara, contaminante y muy peligrosa, y no hay compañía de seguros, ni político en la Tierra que pueda asegurar los daños medioambientales y humanos de un posible accidente nuclear.

Francisco Folguera.