lunes, 16 de noviembre de 2009

Los Verdes piden a la OMS la eliminación del mercurio en empastes dentales.


Ante el encuentro de la Organización Mundial de la Salud sobre el futuro uso de materiales para la restauración dental que tiene lugar los días 16 y 17 de noviembre de 2009 en Ginebra (Suiza), y a propuesta del presidente de la asociación MERCURIADOS, Servando Pérez Domínguez, la Coordinadora Verde ha suscrito la Carta dirigida a este organismo mundial por distintas organizaciones internacionales en la que se le pide una posición activa para la eliminación del mercurio de empastes dentales (amalgamas dentales) y su sustitución por otras alternativas, como el composite dental de resina y cerámica, no perjudiciales para la salud.

A nivel europeo, Noruega y Suecia ya han prohibido el uso de amalgamas dentales y otros países tienen restricciones o recomendaciones de no uso para ciertos grupos poblacionales como embarazadas, niños y personas con problemas renales, hepáticos o inmunológicos. Por su parte, en Cataluña, existe una recomendación oficial de no usar amalgamas dentales en embarazadas y menores de 14 años; mientras que en la Comunidad de Madrid la recomendación es aplicable a embarazadas y mujeres que dan el pecho. Más aún, el Consejo General de los Colegios Oficiales de Químicos de España solicitó al Ministerio de Sanidad, en mayo pasado, la sustitución de las amalgamas dentales por otros materiales alternativos y el Defensor del Pueblo tramita actualmente la queja de MERCURIADOS al Ministerio de Sanidad por el uso no informado de mercurio en amalgamas dentales y por los múltiples efectos perniciosos de éstas sobre la salud. Asimismo, en febrero de este mismo año, se planteó una Demanda Judicial al Ministerio de Sanidad español por varias asociaciones de pacientes y pacientes a título individual, afectados por mercurio dental y/o vacunal.


La coportavoz de la Coordinadora Verde, Sonia Ortiga, ante la falta de iniciativas oficiales, pregunta al Ministerio de Sanidad que “por qué se sigue poniendo mercurio en la boca (amalgamas dentales) si la OMS y otros organismos científicos — incluidos los Consejos y Colegios Dentales de todo el mundo— reconocen que, cada día, se evapora mercurio de las obturaciones de amalgama y también se sabe que no existe un umbral de seguridad para el mercurio”.

Por su parte, Florent Marcellesi, coportavoz de la organización ecologista, se pregunta "a dónde van los restos de las amalgamas dentales, cuando se ponen y retiran, cuando se fabrican, y cuando las personas que las portan se mueren". La Coordinadora Verde, ante el dato de que sólo en el Reino Unido el vertido de mercurio en el alcantarillado, la atmósfera o la tierra procedente de la amalgama dental asciende a 7,41 toneladas al año, ha decidido implicarse de lleno en el seguimiento del uso del mercurio, el metal más contaminante después de los materiales radiactivos.

El Documento de Política General de la OMS de 2005 "El Mercurio en el Sector de la Salud" establece que “el mercurio es muy tóxico, en particular cuando se metaboliza para formar mercurio de metilo. Puede ser mortal por inhalación y perjudicial por absorción cutánea. Alrededor del 80% del vapor de mercurio inhalado pasa a la sangre a través de los pulmones. Puede tener efectos perjudiciales en los sistemas nervioso, digestivo, respiratorio e inmunitario y en los riñones, además de provocar daños pulmonares”. En 1991, la Organización Mundial de la Salud confirmó que el mercurio presente en la amalgama dental es “la fuente no industrial más importante de emisión de vapor de mercurio, exponiendo a la población afectada a niveles de mercurio que superan con creces los establecidos para los alimentos y para el aire”.

Ante estos riesgos para la salud de las personas y de los ecosistemas, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ya ha lanzado una iniciativa para evitar la contaminación del medio ambiente del mercurio, que tiene implicaciones para el uso de la amalgama dental, y que afecta a todos los gobiernos del mundo. Por su parte, la Oficina Europea para el Medio Ambiente lanzó en 2004 la Campaña Mercurio Cero, que tiene como último objetivo conseguir cero emisiones así como cero oferta y cero demanda de mercurio de todas las fuentes que el ser humano pueda controlar, a fin de reducir al mínimo el mercurio en el medio ambiente, a nivel europeo y mundial.