sábado, 11 de septiembre de 2010

La Coordinadora Verde pide una vez más la prohibición del Toro de la Vega y acusa a las Administraciones de financiar el sadismo con los animales.


Florent Marcellesi, coportavoz de la Coordinadora Verde, ha hecho hoy un llamamiento a la sociedad con conciencia humanista y animalista, para que coopere con los activistas pro-derechos de los animales a fin de conseguir la prohibición del acontecimiento llamado Toro de la Vega, en Tordesillas (Valladolid).

La plataforma ecologista apoya igualmente la VI manifestación y las acciones organizadas por diversos grupos animalistas en Tordesillas a las 11:30 horas, así como los actos posteriores que tendrán lugar en Valladolid el domingo 12 de octubre, en rechazo a la perpetuación de costumbres bárbaras como el Toro de la Vega.

Marcellesi ha afirmado que "el Ayuntamiento de Tordesillas, la Subdelegación del Gobierno, la Junta y la Diputación de la Comunidad de Castilla-León son culpables directos ante toda a sociedad española y europea de la suelta de un toro en las cercanías de la ciudad, para que el animal sea perseguido por una multitud vociferante a pie o a caballo y armada con lanzas. La diversión, al parecer, consiste en clavar las lanzas al animal en una tortura lenta, una sádica e inexplicable diversión, que se agrava al llevar a los niños para que vean y aprendan cómo se acosa y se tortura a un animal hasta darle muerte"

La coportavoz de la Coordinadora Verdes, Sonia Ortiga lamenta igualmente que sean el Estado y las Administraciones autonómicas y locales quienes “están permitiendo estas situaciones de vulnerabilidad ilegítima con respecto a los toros y pide que dejen de financiarse con dinero público".

Por otra parte, la coportavoz recuerda la responsabilidad que contraen las Administraciones públicas al autorizar espectáculos en los que los espectadores o participantes de los mismos pierden la vida con demasiada frecuencia. El interés de los poderes publicos por evitar la pérdida de vidas humanas en otros espectáculos, no se corresponde con la actitud laxa que adopta cuando se trata de aquellos en los que tortura a un animal.

Para la coordinadora ecologista, las tradiciones no merecen perpetuarse cuando únicamente aportan barbarie y sufrimiento, porque la sociedad va escalando puestos en comprensión y autoexigencia ética desde las primitivas cavernas, cuando el valor se asociaba al ejercicio de la violencia. “Hoy nuestra sociedad ha evolucionado y estas fiestas en las que se exalta la crueldad hacia los animales son un residuo de primitivismo que ya va siendo hora de ir superando, señala Sonia Ortiga.