domingo, 13 de junio de 2010

La prórroga a la central nuclear de Almaraz han primado los intereses particulares sobre el interés general.


Los Verdes critican al Gobierno por el incumplimiento de su programa electoral y a la industria nuclear por faltar a la verdad



Los Verdes de Extremadura consideran injustificable, desde todo punto de vista, la renovación por 10 años más del permiso de explotación de los dos reactores de la central nuclear de Almaraz.

Desde el punto de vista político, pone en evidencia el incumplimiento por parte del Gobierno del programa electoral del PSOE, una de cuyas promesas electorales, tanto en 2004 como en 2008, fue la de un cierre escalonado de las centrales nucleares españolas. Además, en varias ocasiones, el Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se comprometió en el Congreso a fijar de forma consensuada un calendario de cierre, calendario que nunca ha sido concretado. La decisión posterior de establecer en 40 años la vida útil legal de las centrales nucleares no es más que un subterfugio para tratar de justificar el incumplimiento de ese importante compromiso electoral. Y la industria nuclear está abogando por ampliar los plazos hasta los 60 años (el director de la central nuclear de Almaraz ya habla de "preparar la próxima renovación" del permiso, en 2020).

La decisión es también contraria al desarrollo de las energías renovables y al tránsito a un modelo energético sostenible y menos dependiente del exterior, que el propio Gobierno también se comprometió a impulsar. De hecho, la energía nuclear, cada vez con menos peso en el balance total de producción eléctrica, ya está suponiendo un freno a la producción de origen renovable, al impedir un pleno aprovechamiento de las fuentes renovables. Así, en varias ocasiones se ha dado la paradoja de que Red Eléctrica ha tenido que ordenar la parada de cientos de aerogeneradores, que habrían sido capaces de satisfacer la demanda de electricidad, por la rigidez técnica que impide a las centrales nucleares modificar con rapidez sus niveles de producción.

Si a la decisión de mantener abiertas las centrales nucleares unimos los recortes y las trabas que el Gobierno ha impuesto a las energías renovables, que perjudican especialmente a las pequeñas empresas del sector, la conclusión a la que debemos llegar es que en el diseño del modelo energético español están primando los intereses de las grandes empresas eléctricas sobre el interés general.

Y dichos intereses parecen primar también sobre la seguridad, pues no tiene justificación y es irresponsable prolongar la vida de una central que está sufriendo muchos más incidentes que la de Garoña, por ejemplo, siendo la de Garoña más vieja y habiéndose fijado ya su cierre. Tampoco tiene sentido autorizar que la central siga funcionando sobre la base de que reúne las condiciones de seguridad para ello, y al mismo tiempo exigir que cumpla con 13 condiciones y 17 nuevas instrucciones técnicas que en este momento no cumple. Es decir, que ahora no es segura, por lo que no debería estar en funcionamiento.

En este sentido, los responsables de la central faltan a la verdad cuando afirman que existe una "garantía de seguridad total". Al margen de que esto es imposible, estamos ante una central que comunica más incidentes que otras más antiguas, que tiene graves defectos de diseño, problemas de refrigeración de los reactores y unos generadores que han vuelto a reproducir viejos problemas de corrosión, a pesar de haber sido sustituidos a un alto coste (entonces, cuando se cambiaron, se dijo que el problema se había resuelto definitivamente).

Por último, Los Verdes afirman que la industria nuclear falta a la verdad cuando argumenta que la energía nuclear es imprescindible. Una muestra de esta intoxicación mediática son las declaraciones del portavoz de la central nuclear de Almaraz, Aniceto González, sobre un supuesto aumento de la dependencia de la energía nuclear procedente de Francia en el caso de que Almaraz hubiese cerrado. Esta pregonada dependencia energética de Francia, como coartada para mantener abiertas las cada vez más innecesarias centrales atómicas españolas, es falsa. Los informes de Red Eléctrica Española demuestran que España es en realidad exportadora neta de energía, es decir, que exporta a países como Marruecos o Portugal más energía de la que importa de Francia.

Y de hecho, la autosuficiencia de la producción eléctrica española sería mayor sin el obstáculo que representa la energía nuclear para el desarrollo de las energías renovables, por los motivos técnicos señalados de falta de flexibilidad de la producción nuclear, que impide un mayor aprovechamiento de la energía que las fuentes renovables ya son capaces de producir.