viernes, 7 de mayo de 2010

Los Verdes de Extremadura manifiestan su apoyo y solidaridad con Máximo García, encadenado a las puertas de Almaraz


La generación de electricidad utilizando energía nuclear es más peligrosa hoy que cuando se construyeron las viejas centrales atómicas


Los Verdes de Extremadura, formación política miembro del Partido Verde Europeo, manifiesta su apoyo y solidaridad con Máximo García, presidente de la Plataforma de Afectados por la Central Nuclear de Almaraz, que se encuentra encadenado a las puertas de dicha instalación para pedir el cierre definitivo de los dos reactores atómicos de Almaraz.


El informe favorable del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) que remitió la semana pasada al Ministerio de Industria, Turismo y Comercio y la disposición de la Junta de Extremadura de apoyar la renovación de la licencia de explotación de Almaraz por un periodo adicional de diez años (2010-2020), ha motivado el encadenamiento de Máximo García, activista anti-nuclear desde 1995, fecha en la que su hijo padeció sarcoma de Edwin, un tipo de tumor maligno en los huesos. Máximo siempre ha pedido un estudio epidemiológico que determine las personas afectadas en su salud por la central de Almaraz y sus posibles responsabilidades.


Los Verdes de Extremadura pide al Gobierno central que no renueve la licencia de la explotación de la central nuclear de Almaraz, a pesar del informe favorable CSN, y que se realice un estudio epidemiológico de las comarcas de "Campo Arañuelo" y "La Vera".


La formación ecologista extremeña recuerda que el calendario de cierre de las plantas atómicas es una promesa electoral de José Luís Rodríguez Zapatero que ya incumplió en la pasada legislatura. Frente a la posición mayoritariamente favorable del PP a favor de la energía nuclear, el PSOE se mueve dentro de la ambigüedad y la propaganda de lo políticamente correcto. Pero cada día, afirma Los Verdes, es más evidente que la política energética del Ministerio de Industria que dirige Miguel Sebastián va dirigida al acoso y derribo a las energías renovables y al apoyo a la energía nuclear.


En Extremadura, es una paradoja que los mismos dirigentes que llegaron al poder luchando en contra de la construcción de Valdecaballeros pidan hoy la prórroga para Almaraz, olvidando que los argumentos con que defendieron su tierra de la radioactividad son hoy tan válidos como ayer. Amén de que no se pueden obviar importantes consideraciones, que hacen ahora más que nunca, que la opción nuclear sea más contaminante, innecesaria y peligrosa, sin hablar de la herencia envenenada que deja a las próximas generaciones en forma de peligrosos residuos.


La generación de electricidad utilizando energía nuclear es más peligrosa hoy que cuando se construyeron las viejas centrales atómicas por varias razones:


1.- La liberalización del mercado eléctrico ha llevado a ejercer políticas de reducción de costes en las empresas propietarias de las centrales: disminución de los recursos económicos para el mantenimiento y supervisión de las instalaciones, varios niveles de subcontratación en sus plantillas, falta de formación y profesionalidad, así como reducción de su personal e incorporación de nuevos trabajadores sin la necesaria experiencia.

2.- Un importante incremento de incidentes, de mayor o menor gravedad, debido al creciente agotamiento de la vida útil de las centrales nucleares. El proceso de envejecimiento está llevando a un debilitamiento gradual de los materiales utilizados para construir las centrales nucleares que han sufrido deterioro como resultado de los altos niveles de radiación a los que han sido expuestos. El fallo de algunos componentes críticos, como la vasija del reactor, es hoy más posible que ayer, y sus consecuencias producirían un escape radiactivo de enorme gravedad.

3.- El terrorismo internacional que tan duramente ha golpeado nuestro país, tiene como objetivo de primer orden las instalaciones nucleares. Hoy, tenemos que enfrentarnos a nuevas amenazas, lo que ha hecho que los gastos en seguridad civil y militar en el entorno de las centrales nucleares haya aumentado, aunque este coste sigue sin aparecer en el precio del Kw nuclear.

4.- Las renovables ya no son una promesa, son una realidad; la generación eléctrica de origen renovable supera a las centrales nucleares en España, 26% de la renovables, frente a un 19% de la nuclear. Las renovables cuentan con más de un millar de empresas en España, un valor social que poco tiene que ver con la concentración intensiva de capital que representan las instalaciones nucleares.

5.- La ocultación e incluso falsificación de información referente a la seguridad, es un claro ejemplo de cómo los propietarios de las centrales priman el criterio de rentabilidad económica por delante del principio de seguridad, una actuación a todas luces irresponsable. Sólo así se explica que la dirección de Ascó ocultara información al Consejo de Seguridad Nuclear y manipulara los detectores de radioactividad en los circuitos de refrigeración, dando lugar a que varios colegios visitaran sus instalaciones sin saber que el líquido del reactor acabó en el sistema de ventilación.

Hoy más que nunca la nuclear no es la solución; su energía es cara, contaminante y muy peligrosa, y no hay compañía de seguros, ni político en la Tierra que pueda asegurar los daños medioambientales y humanos de un posible accidente nuclear.