jueves, 23 de diciembre de 2010

En Extremadura se cultivan 7.7OO Hectáreas de maíz transgénico.



Ecolo exige explicaciones a la ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, del apoyo que, desde su ministerio, se ha dado a las grandes multinacionales biotecnológicas, según revelaciones de Wikileaks.

Ante las revelaciones de Wikileaks, la Coordinadora Verde y Ecolo-Los Verdes de Extremadura piden cuentas al gobierno español y reclaman la prohibición del uso de semillas transgénicas. En los cables de la embajada de los EE.UU. se ve claramente el clima de complicidad entre las dos Administraciones para lograr que la Comisión Europea se decante por el uso de las semillas terminator, sin tener en cuenta los posibles peligros generados por dicha tecnología, desoyendo la opinión de la mayoría de la población europea.

Además Ecolo-Los Verdes de Extremadura llaman a secundar la ciberacción de Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, COAG, Plataforma Rural y CECU para exigir a la ministra Rosa Aguilar “que la política española sobre organismos modificados genéticamente deje de estar controlada por las multinacionales y pedir el cese inmediato de su cultivo en España”.

El uso de estas semillas, apuntan Los Verdes, es un atentado a la soberanía alimentaria, al ser semillas patentadas que nos convierten en dependientes de tecnología de pago para cultivar, llevándonos a una situación de neofeudalismo agrario. Sin olvidar, que su uso es un atentado a la biodiversidad y a la calidad de vida. Por el contrario, la agricultura ecológica es la que más empleo genera por unidad de producción, siendo esta la más saludable para el planeta y para las personas, animales y plantas, genera empleos de calidad, y también es la más sostenible y la que menos agua consume.

España es el principal bastión de las empresas de la biotecnología de cara a abrir el mercado europeo a este tipo de agricultura. Durante 2010, el 21 % del maíz cultivado en España es transgénico. En Extremadura, esto supone que 7.770 hectáreas de nuestro suelo se dedicaron durante este año a cultivar maíz transgénico, según datos del Ministerio de Agricultura. Por otra parte, tanto el maíz como la soja transgénica que importamos masivamente, son destinados a la fabricación de piensos, con lo que el consumidor español está ingiriendo en la actualidad, sin saberlo, productos cárnicos y derivados (lácteos, huevos) originados por animales alimentados con productos transgénicos.

La Coordinadora Verde y Ecolo-Los Verdes de Extremadura ve la necesidad de modificar la normativa europea en relación al etiquetado de los productos modificados genéticamente, dado que los consumidores, en estos momentos, ante la no obligatoriedad de etiquetar los alimentos de procedencia animal que se hayan alimentado con productos transgénicos, se ven impedidos del derecho a elegir libremente a la hora de comprar alimentos.

Pedimos a la ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, que desenmascare a las personas que, desde la oscuridad, han trabajado para favorecer los intereses de las grandes multinacionales biotecnológicas sin importarles las consecuencias derivadas sobre la salud pública y del medio ambiente.


Por último, el partido ecologista extremeño y la Coordinadora Verde exigen al Gobierno la aplicación del principio de precaución, cerrando el mercado a los productos transgénicos, puesto que no se ha verificado la inocuidad de este tipo de alimento, no se puede controlar la evolución de los cruces genéticos en el medio ambiente, a la vez que su uso conlleva una elevación del consumo de fitosanitarios, un empobrecimiento de la tierra y la contaminación de los cursos de agua tanto superficiales como subterráneos.